martes, 21 de junio de 2011

Sueños, meros sueños.

     Anoche soñé contigo.

    Resulta raro soñar con esa persona que un día consigues borrar de tu mente sabiendo que, si bajas la guardia, recaerás.

   No fue amoroso. No fue romántico, si quiera había aprecio. El sentimiento era sin más, lástima.

    Mientras que te poseía en una realidad totalmente distinta, en la que tú eras tú y yo una parte bella de mi, sabía que esa sería la única vez que lo haría. Que te tendría en mis manos. Y sabía que el deseo no era por ti, era por mí.
     
     Lo único que veía tuyo eran tus ojos cargados de una tristeza y un cansancio parecidos al de los ancianos pero en un cuerpo torneado, alto y de un tostado (que claramente era fruto del trabajo onírico).

    Tú seguías oliendo a depresión y a dolor y a miedo y a rabia. Y yo únicamente seguía las pautas que precisaba para concluir temas que en el mundo “real” no había acabado de concluir ni entender.

    Era un mundo subterráneo como el de Matrix (posiblemente fue algo de ti lo que hizo que tanta maquinaría me rodeara) pero era mucho más físico, más gris y con más fuego (muy caluroso) provocado posiblemente por mi imagen del mundo, sensual y por tanto cargada de dolor así como de otros sentimientos.

    Yo recorría paredes circulares, no sabía si me encontraba en un acelerador de partículas, en una plaza de toros cubierta, o en los futuristas pasillos de un subterráneo centro comercial o incluso una ciudad (como ya he dicho, la ciudad real en donde vivían los que escapaban de Matrix) ¿Su nombre? No sé. Quizás no fuera un ciudadano de la misma y al usar tan poco su nombre (por quizás, alguna estúpida prohibición) lo habría olvidado, dejando paso en mi mente para pensamientos más importantes.

   Lo que estaba claro era que era una ciudad monótona, donde la felicidad había sido absorbida por el tiempo, el dinero y el poder, algo tan característico de Momo que yo mismo lo recordaba en el sueño.

    Andando llegué a ciertas habitaciones. Una de ellas podría haber pertenecido a alguien de una noble familia. Con blancas cortinas de seda que cubrían paredes sin ventanas. Claustrofobia.

     A ti te encontré en unos cuartos de baño, como de centro comercial, pero más limpios. Esto probablemente recuerde lugares donde con anterioridad me he encontrado. Da igual para qué.

    Allí nos saludamos. Mi interés, nulo, ya que llegue allí por casualidad buscando quién sabe qué, se notaba en mis gestos. Tu interés, nulo también, se atisbaba en tu tristeza. ¿Por qué estabas allí? La conversación, ni la recuerdo, sólo sé que no fue intensa y que posiblemente daría lugar a algún tipo de represalia mutua por atrevernos a hablarnos. Lo siguiente… sexo. La palabra más deseada y más tabú durante nuestra relación.

    El fin, abrir los ojos con un sentimiento de desprecio, lastima e inferioridad. 
  Un sueño que no se hará realidad. Que quizás no quiera que se haga realidad. Que posiblemente no quiera volver a mentar. Que en mi fase REM trataba de solucionar hechos del pasado, que quedan como pequeños rastros de suciedad que ya no duelen pero que, de alguna forma siguen manchando mi vida diaria. Restos, sueños que voy limpiando y que al fin desparecen sin dejar rastro.

    Un sueño. Simplemente.

lunes, 10 de enero de 2011

Año nuevo, quejas nuevas.

2011. Al fin.
Tras el fatídico 2010 comienza un nuevo año en el que espero no tener que ver la parte buena de las cosas.
Creo que sobre 2010 no hice ninguna entrada, da igual, en su mayoría ha sido tedioso, complicado y con muy pocas buenas valoraciones.
Es curioso que con lo positivo que soy y con la cantidad de cosas buenas que me han pasado vea solo el peso d  las no tan buenas. Y sinceramente creo que no es una opinión, es una percepción. La gente a mí alrededor esta tan perdida como yo y por muy egoísta que suene, no me siento tan solo como podría.
Dicen que la vida está llena de cambios, y dicen que en 2012 estos cambios llegaran en masa. Si es cierto, espero que sean bueno y que no acabe tirado en alguna cuneta alguna noche de borrachera.
Si, ha habido curro. Si, también viajes. Y gente nueva, y colegas nuevos, y noticias nuevas, sin amor pero noticias nuevas.
Algo de lo que si me siento orgulloso es de mi (espero que no momentánea) decisión de dejar de fumar. Si lo consigo, mis pulmones reflejaran alegría e incluso cabe la posibilidad de que si pones una vela en mi espalda, al trasluz consigas verla en mi pecho. ¿Quién sabe?
Eclipses de sol con los que comenzamos el año. Fijo que en el pasado este hecho tan natural pero tan inusitado habría supuesto un fin del mundo o quizás un principio de catástrofes que nos llevarían al mismo. Es cuestión de ver la cara oculta de la luna, no más. Para mí, supone probar a mirar de manera distintas las cosas y tratar de imaginar que no todo esta tan difícil de encontrar, es cuestión de mover un poco la realidad que me rodea. Si lo consigo y no muero en el intento (espero no morir) contaré como lo hice, e incluso puede que me dé por escribir un libro comentándolo (cumpliendo con una de  las tres funciones que se suponen que un hombre debe hacer antes de morir (plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo).
De mi vida y situación actual poco he de decir. En principio por que no ha habido cambios verdaderamente considerables como para comentar. Segundo por que este blog lo leen pocos o ninguno (por ahora) y seria un gasto de espacio y energético estúpido. Tercero, porque aun he de recapacitar y hacer un inventario de fin de año para ver que activos tengo y que pasivos he de acatar (fuera de bromas).
Espero que todo sea bueno por una vez, que no tenga agobios de pasta, ni familia, ni curro, ni jefes capullos, ni amig@s petard@s, ni cabrones insensibles a los que les da por jugar con cualquiera que se ponga delante suya, ni… bueno, nada de lo malo del año pasado quiero. Este año será bonito. Un barrio sésamo para adultos. Todo bonito. Todos amigos.
YO tras una preparación intensa.
Y sinceramente, este año me olvido del amor. Quiero salud, curro y pasta. Mucha pasta (procedente de mi curro o algún hecho legal) con la que poder pagar carrera y deudas y muchos viajes.
Para mí, para la familia y para l@s amig@s que así luego no me tenga que ir preocupando por nadie (que lo hago aunque no lo parezca)
Además, este año cumplo el cuarto de siglo y quiero disfrutarlo, ya que no todos los días se consigue esta proeza (¡!).
Hasta ahora, lo único que se me ocurre es: “2010, chungo; esperanzas para 2012; en 2011 preparación” y quedarme tan pancho.
Acabo de caer que entre párrafo y párrafo la conexión es inexistente y que quizás no se entienda del todo bien, pero son ideas lo que expreso, en plan HAIKU solo que más extensos. Así que, aquí termino.
Os deseo un 2011 de preparación intensa.